viernes, 16 de abril de 2010

¿Que Saben Mis Hijos Acerca De Mi Trabajo?

Por Jesús Rosales

Algunos padres y madres consideran que el mundo del trabajo y el de la familia no deben relacionarse y aún más, que el ámbito laboral no representa un área de interés para el resto de la familia. Creemos sin embargo que esta perspectiva no es correcta, ya que aunque se hacen grandes esfuerzos por evitarlo, aspectos laborales inciden sobre lo familiar y viceversa. Basta con observar el comportamiento de una persona en su hogar, después de un día de trabajo, para discernir si este fue difícil o satisfactorio. Indudablemente los acontecimientos, ya sean agradables o molestos, repercuten en el ánimo y la estabilidad emocional del individuo y por lo tanto en el desempeño de sus funciones en uno u otro espacio del desarrollo personal y familiar.

Así, después de un día de trabajo cargado o conflictivo, lo común es que el padre o la madre vuelva al hogar trayendo sus preocupaciones y temores, situación que será percibida por los miembros de la familia. De igual forma, si se ha suscitado una discusión familiar de cierta envergadura, lo más probable es que el día laboral sea dificultoso.

El ámbito del trabajo de los padres es de gran interés para los hijos, ya que este representa un referente muy próximo para que se identifiquen o no con la profesión o las ocupaciones de sus padres. Es común escuchar a los niños decir que, cuando sean adultos, desearían ser médicos, maestros, policías o taxistas, al igual que sus padres o madres.

Los padres y madres deben considerar sus trabajos como invaluables recursos en la formación integral de sus hijos, por lo que deben estar dispuestos y complacidos de contestar las múltiples preguntas que estos hacen cuando se les abre un espacio. Explicarles cuales son nuestras responsabilidades, llevándoles a nuestro lugar de trabajo y procurando allí presentar a nuestros colegas, son detalles que ayudarán a nuestros hijos a formarse una imagen clara de lo que sucede en la vida de sus padres, durante esas horas del día que están fuera del hogar. Así también, podrán comprender y aceptar con mayor facilidad, aquellas ocasiones en las que debamos realizar un mayor esfuerzo laboral que demande más horas de trabajo.

Los niños/as y adolescentes no verán como un rival el trabajo de sus padres, si les hemos transmitido adecuadamente información acerca de nuestro mundo laboral.

Otro factor revelante a tomar en cuenta, es que los hijos desarrollarán una imagen del trabajo de sus padres, a partir de los comentarios que del mismo se expresen en el hogar. En efecto, si los padres constantemente se refieren negativamente al trabajo, se quejan de las tareas y responsabilidades, critican a sus compañeros, jefes y muestran permanentemente insatisfacción, de seguro estarán trasladando a sus hijos un panorama laboral poco estimulante y sin atractivo.

Si por el contrario, los padres manifiestan alegría y entusiasmo por lo que hacen en su trabajo, expresando palabras de motivación e ilusión acerca de los nuevos retos y desafíos en sus tareas laborales, estarán enseñando a sus hijos a ver en el trabajo un lugar de éxito y realización.

Por otro lado, la forma en que desempeñamos nuestras labores es una manera de enseñar a los hijos, a través del ejemplo, la importancia de ejercitar valores tales como la honestidad, la disciplina, el respeto y la puntualidad entre otros, en nuestras ocupaciones diarias.

Muchos padres y madres que trabajan concluyen que sus hijos experimentan un sentimiento de rivalidad en relación a su trabajo, y que el mismo es casi insalvable, ya que suponen que desean se les dedique más tiempo. Sin embargo, la mayoría de los padres que profundizan en este tema con sus hijos, se sorprenden al darse cuenta que ellos han aceptado como parte de la realidad el hecho de que sus padres trabajen, y no sólo no se sienten mal por esto, sino que inclusive lo ven como algo positivo.

Los mayores problemas que se presentan en cuanto al trabajo del padre y/o la madre, se derivan de la forma en que estos actúan al regresar a casa luego de una ardua jornada de trabajo. Los hijos esperan con ansia el regreso de sus padres para disfrutar de una agradable compañía, sin embrago estos frecuentemente llegan exhaustos al hogar, deseando solo descansar o, hacer cualquier otra cosa que les relaje, menos compartir con sus hijos. Por lo tanto, el problema no radica en el hecho de que los padres trabajen, sino en la forma en que retoman las relaciones con sus hijos al regreso a sus hogares.

Debemos recordar, que es nuestra responsabilidad proporcionar a nuestros hijos los cuidados que ellos necesitan, aún cuando esto demande cierto grado de sacrificio en el planeamiento de nuestro tiempo, especialmente después de nuestra jornada laboral. Sin embargo, cuando involucramos a nuestros hijos en nuestro trabajo y les trasmitimos un mensaje positivo en cuanto a la labor que realizamos, será más fácil para ellos comprender también nuestras necesidades, propiciando así un balance saludable para ambos.

1 comentario:

  1. Anónimo4/21/2010

    tengo que ponerme en parejo con mi esposa y mis hijos gracias Milca muy buen material

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Muchas gracias por su comentario.Cada palabra quedaran gravadas en el blog y en mi corazòn y serà de mucha ayuda para seguir,corregir,mejorar etc.
Dios les bendiga un abrazo..

"la mejor manera de ser seguidos es correr mas de prisa que los demàs"

Milca